El mundo anda tan acelerado que casi ni podemos seguirles el ritmo a las noticias. Tienen una velocidad tan potente que una va superando a la otra y hasta las tragedias más impresionantes pronto se olvidan porque surgen otras peores. Así, perdemos la capacidad de asombro y reacción ante este aumento diario del dolor y el sufrimiento. La buena noticia es que eso no sucederá para siempre porque Dios, desde su serenidad, está en el control de todas las cosas.
Fuimos llamados directamente por él para proclamar la bienaventurada esperanza a este mundo confundido, y debemos llevar adelante un gran esfuerzo para ponerla delante de los ojos y el corazón de las personas.
Esta es solo una adaptación del llamado de Dios para estos días que es presentado por Elena de White en el libro Eventos de los últimos días. Hay muchas otras citas preciosas en este libro, y para que usted pueda conocerlas mejor preparamos esta revista con una selección especial de las palabras proféticas para los últimos días.
Los temas no están presentados en forma cronológica, sino que se destacan las profecías y los momentos más importantes que vivirá la iglesia antes del regreso de Jesús. En cada cita podemos ver a un Dios soberano que actúa en la historia, y reconocer nuestro papel profético de dar al mundo un último mensaje de oportunidad y esperanza.
Este tema es la base de estudio y reflexión para los 10 días de oración y 10 horas de ayuno, del 9 al 18 de febrero de 2017. Más aún, tiene que ser parte de nuestra reflexión y acción diarias, ante
un mundo que agoniza; somos un pueblo que tiene que levantarse poderosamente para anunciar el mensaje de los tres ángeles (Apoc. 14), que se debe proclamar con urgencia. Será una caminata de comunión y preparación para los últimos días.
Vamos a estudiar juntos, en oración, con humildad, profundizando nuestra comunión con Dios,
fortaleciendo nuestra relación, para terminar la misión. Que, al igual que todos los integrantes de la tribu de Isacar, podamos ser “expertos en el conocimiento de los tiempos” y sepamos lo que tenemos
que hacer, y que estas palabras y actos sean seguidos por todos (1 Crón. 12:32): “El Señor está por venir. Oímos los pasos de un Dios que se aproxima […]. Debemos prepararle el camino desempeñando nuestra parte en la preparación de un pueblo para este gran día” (El evangelismo, p. 163).
¡Maranata!
Erton Köhler