Carro en una inundación

¿Alguna vez has sido advertido por algo? Definitivamente sí. Cuando era niño mis padres vivían advirtiéndome de que yo no debía hacer eso o aquello. Casi nunca les daba atención y cuando no los escuchaba terminaba mal. Si hubiera dado la debida atención a ellos no tendría pasado por algunos malos momentos. Así sucede en todas las fases de nuestras vidas. En realidad, cuando no escuchamos las advertencias nos exponemos innecesariamente.

Esto me recuerda lo que ocurrió hace pocos meses en el sur de Colombia, en Mocoa, capital del departamento de Putumayo. La ciudad de 45 mil habitantes, quedó completamente devastada tras ser golpeada por fuertes lluvias en un viernes por la noche. La CNN (TV por cable de noticias norte-americano) informó que la tempestad, que comenzó aproximadamente a las 10:30pm, fue tan rápido que la gente tuvo que correr para escapar del agua.

Se cuenta que los ríos Mocoa, Mulato y Sancoyaco desbordaron y mucha tierra fue arrastrada hasta el centro de Mocoa, que se encuentra cerca de la frontera con Ecuador y Perú. Puentes y carreteras quedaron altamente destruidas. ¡Imagínese sólo este escenario! ¡Un verdadero caos!

Sin contar que diecisiete barrios fueron afectados y sólo al amanecer las personas pudieron ver los estragos. El diario “El Tiempo” afirmó que “Mocoa, en aquella ocasión, era una capital completamente desolada, sin agua, sin luz y sin gas”.

En este relato de la gran inundación de Mocoa, lo que más me llamó la atención fue lo que el alcalde dijo: “Por encima de todo, la gente fue avisada con tiempo suficiente para salir“. Como no salieron, acabaron despreciando la única esperanza que había de salvarse.”. ¿Qué impresionante, ¿no? Todas las personas fueron advertidas y tuvieron tiempo para salir, pero no dieron oídos. ¿No sería éste el problema en la actualidad? Muchos son advertidos sobre ciertas situaciones, pero no se dan cuenta del peligro inminente. En el caso de los moradores de Mocoa, había esperanza si atendían la advertencia del alcalde.

Es verdad que todo esto nos puede impresionar debido al gran número de muertos y grandes destrucciones de las casas, coches, etc., pero no se compara con la gran lluvia que un día inundó la Tierra entera. ¡Eso es lo que acabas de leer! Me refiero al diluvio mundial.

Este era el mismo escenario de los tiempos de Noé, nadie le dio oídos. Hasta ese momento, no había caído ni siquiera una gota de agua del cielo. A primera vista, Dios llama a Noé para salvar a la humanidad de una enorme catástrofe, sin embargo, su verdadero llamado era para salvar a la humanidad de sí misma.

Por no importarse con lo que Noé decía, las personas no percibían que Dios hablaba por medio de él cuando las advertía, hasta el día en que entró en el arca y nadie se dio cuenta, sino cuando vino el diluvio y los llevó a todos (Mateo 24:38, 39). En este periodo, las personas vivían como si nada fuese a suceder, ellas comían y bebían, se casaban y se daban en matrimonio, vivían su cotidiano, pero no se atentaban hacia la inminente destrucción que estaba por venir.

Noé advertía a las personas en la esperanza de dar al mundo el ejemplo de creer en Dios. En aquel contexto, muchos al principio parecían recibir la advertencia, sin embargo, no volvieron a Dios con verdadero arrepentimiento. No estaban dispuestos a renunciar a sus pecados. Durante el tiempo que pasó antes de la llegada del diluvio, la fe de ellos fue probada, y no consiguieron soportar la prueba. Lo que restaba era ser vencidos por la incredulidad, rechazando el solemne mensaje.

Tal vez usted cree que el relato del diluvio no pasa de una historia, una invención o una alegoría bíblica, pero los antropólogos ya reunieron cerca de 250 a 300 narraciones del diluvio en pueblos y culturas diferentes del mundo, y todas ellas coincidentemente, son del inicio de estas civilizaciones. Eso realmente es impresionante.

Recuerde amigo(a), hay esperanza para todos. ¡No todo está perdido! Por más que pienses que no hay solución a tus problemas, hay alguien esperándote con los brazos abiertos. Él es el único que puede darle la verdadera esperanza de una vida que será eterna. ¿No es maravilloso eso?

Sabes, la puerta estuvo abierta para los antediluvianos para que pudieran entrar en el arca, así como los moradores de Mocoa fueron advertidos para salir de la ciudad. Hoy, Jesucristo, le hace una invitación para que usted pueda encontrar la verdadera esperanza que está en Él. Él quiere darle un nuevo sentido en la vida como una página en blanco, para que, a partir de ese momento, usted pase a vivir un nuevo día.

Concluyo parafraseando un pensamiento que dice: “El rechazo del arca es una lección para reflexionar y no para repetirse”. Entonces, ¿qué estás esperando? ¡Las puertas todavía están abiertas para ti!

 

John Lima es graduado en Educación Física, profesor de Educación Religiosa de la Escuela Adventista de FAAMA y alumno del tercer año de Teología de la Faculdade Adventista da Amazônia.

 

Referencias

ZORDAN, Daniel F. Há relatos do dilúvio em quase todas civilizações espalhadas pelo mundo. 2010. Disponível em: <https://creationsciencenews.com/2010/09/02/ha-relatos-do-diluvio-em-quase-todas-civilizacoes-espalhadas-pelo-mundo/>. Acesso em: 11 out. 2017.

CHUVAS e deslizamentos deixam mais de 250 mortos no sul da Colômbia. 2017. G1. Disponível em: <https://g1.globo.com/mundo/noticia/chuvas-e-deslizamento-deixam-mais-de-250-mortos-no-sul-da-colombia.ghtml>. Acesso em: 11 out. 2017.

WHITE, Ellen G. Patriarcas e Profetas: Deus escolhe, dirige e protege Seu povo. Tatuí: Casa Publicadora Brasileira, 2007. 559 p. Tradução de: Flávio L. Monteiro.