Una persona sin esperanza es alguien sin sueños, sin ideales, sin optimismo, sin porvenir. Cuando no hay esperanza, la desesperanza ocupa su lugar. Aparece entonces el espíritu derrotista y sobreviene el fracaso. La persona con esperanza tiene una mente positiva y optimista. Cree en el triunfo del bien sobre el mal. No desfallece en la lucha, se levanta cuando cae, confía en la dirección divina y conserva la alegría de vivir. La verdadera esperanza nos ayuda a resolver nuestros problemas y nos anticipa el amanecer de un día mejor, cuando cesarán las angustias humanas y habrá bienestar completo para todos. Este es el tema luminoso de estas páginas. ¡Conozca la fuente de la esperanza y renueve su vida!

 

Una persona sin esperanza es alguien sin sueños, sin ideales, sin optimismo, sin porvenir. Cuando no hay esperanza, la desesperanza ocupa su lugar. Aparece entonces el espíritu derrotista y sobreviene el fracaso. La persona con esperanza tiene una mente positiva y optimista. Cree en el triunfo del bien sobre el mal. No desfallece en la lucha, se levanta cuando cae, con