Detente y piensa: ¿cuántas personas conoces que han tenido la vida destruida por el uso inadecuado de Internet?

En los Estados Unidos, uno de cada cinco divorcios está vinculado con las redes sociales, de acuerdo con la Academia Americana de Abogados Matrimoniales. La investigación revela, además, las principales razones mencionadas por personas cuya vida fue destruida por medio de las redes sociales: a) mensajes inapropiados a personas del sexo opuesto o a ex compañeros; y b) amigos que comentan el comportamiento del cónyuge en las redes sociales.

En la comodidad de tu casa, sin ningún tipo de exposición aparente, es posible viciarse con sexo virtual, sin que los familiares logren notarlo. Según el psicólogo Philip Zim- bardo, profesor de la Universidad de Stanford, el acceso a páginas porno- gráficas puede destruir a la sociedad tal como la conocemos. Afirma que ese hábito caracteriza a una generación desajustada, y que el vicio la hará incapaz de vivir en el mundo real y desarrollar relaciones saludables.

¿Está destruyendo Internet tu familia y tus sueños? En caso de que tu respuesta sea positiva, te presento a un Salvador real: Jesucristo, el Hijo de Dios. Más que nunca, necesitamos atender a lo que él recomendó: “Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas” (Mateo 6:33).

Puede ser que no veas más solución para tu vida y te sientas desconectado de Dios. Tal vez imagines que estás en un laberinto sin salida. Pero es exacta- mente en ese punto que llamamos imposible donde surgen las oportunidades de volver a conectarse con Dios. Por eso, nunca te olvides de que “lo que es imposible para los hombres es posible para Dios” (Lucas 18:27). Tú y yo podemos creer en el mañana; podemos creer en días mejores. Nada está terminado. Recuerda que lo que es imposible para nosotros es posible para Dios. La acción conjunta y online con Dios es la gran oportunidad. El método divino siempre fue: ESFUERZO HUMANO UNIDO AL PODER DIVINO. Tenemos que hacer nuestra parte, encarar las amenazas como son, y permanecer atentos a los peligros de nuestro tiempo.

Después de hacer nuestra parte en oración, debemos creer que Dios cuidará de todo lo restante. Tú puedes volver a ser feliz, tener esperanza y seguridad de victoria. Puedes tener la garantía de que ninguna inteligencia artificial será mayor que tu inteligencia espiritual. Basta solamente con que estés conectado con Dios, que es la Fuente de toda la sabiduría. En conexión total con él, nada tenemos que temer.

Internet nos está robando tiempo que debería pertenecer a Dios, a nuestros hijos y a nosotros mismos. La arena movediza llegó hasta nuestro cuello, y no estamos ni siquiera buscando una rama para intentar sostenernos.