Me acuerdo muy bien cuando en mi niñez estudié sobre el ciclo de la vida. Las imágenes en el libro de ciencias enfatizaban que así como las plantas y los animales, el ser humano nace, crece, se reproduce y muere.

El tiempo pasó y aprendí que no fuimos creados para morir. Sin embargo, después de un acto de desobediencia en el jardín del Edén la muerte pasó a formar parte de nuestras vidas.

Dentro de nosotros, celebramos la vida. Nos regocijamos a cada nacimiento, disfrutamos cada cumpleaños y tenemos en nuestro corazón el deseo de vivir eternamente. Y a pesar de que llevamos ese deseo de vivir, es muy común encontrar personas desistiendo de la vida.

Inesperadamente aparecen várias preguntas. ¿Qué lleva a una persona a desear el fin de su propia vida? ¿Qué hacer para no perder las esperanzas y la voluntad de vivir? ¿El deseo de morir está relacionado con la falta de fe?

 

deseo de morirFoto: Foto: pixabay.com | por Anemone123

¿El deseo de morir está relacionado con la falta de fe?

En la propia Biblia encontramos historias de personas que en algún momento sintieron el deseo de morir. El profeta Elías, por ejemplo, después de enfrentarse en el Monte Carmelo con los profetas de Baal y derrotarlos mostrando al pueblo el poder del verdadero Dios, quedó muy angustiado con los planes de Jezabel, que al descubrir que todos los profetas de Baal estaban muertos, decretó la muerte de Elías y aún envió un mensajero para llevar la mala noticia al profeta.

El profeta de Dios tuvo tanto miedo que huyó para salvar su vida. Acompañado de su ayudante, él viajó a una ciudad cercana que se llamaba Beserba. Al entrar en la ciudad dejó el ayudante y se fue al desierto. En un determinado momento se sentó a la sombra de un árbol y tuvo ganas de morir. En I Reyes 19:4 están las palabras que Elías usó al hacer su oración en aquel momento angustioso: “Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.”

Elías fue un hombre muy valiente y tenía mucha comunión con Dios. Él era el responsable de transmitir el mensaje de Dios al pueblo de Israel. Desempeñando un papel tan importante, ¿dudas de la fe del profeta? La Biblia nos cuenta en 2 Reyes 2:11 que al final de su ministerio, él fue llevado al cielo. Con toda certeza, a pesar de las angustias y tribulaciones, Elías mantuvo su fe firme.

Definitivamente el deseo de acabar con la propia vida no es el resultado de la falta de fe. Está íntimamente relacionado a factores biológicos, asociados al comportamiento y a todo lo que la persona está viviendo en el momento. Por lo tanto, existen varias causas para los pensamientos suicidas, el famoso bullying, trastornos mentales, la pérdida de un ser querido, la pérdida de empleo, el abuso sexual, los problemas financieros, las enfermedades crónicas, las relaciones tóxicas, el rechazo, la injusticia, etc.

Cada persona tiene una forma distinta de reaccionar ante un problema, situaciones que pueden parecer simples para algunos, se convierten en un monstruo para otros.

 

¿Qué hacer para no perder las esperanzas y las ganas de vivir?

Ya hemos visto que el deseo de morir no es un problema de orden espiritual, por otro lado, la oración y la comunión con Dios pueden ser de gran ayuda para las personas con depresión y pensamientos suicidas.

Separar un tiempo todos los días, preferentemente durante las primeras horas de la mañana para hablar con Dios a través de la oración y estudiar la Biblia es muy importante para mantener una comunión diaria. Es un proceso con el propósito de fortalecer nuestra fe, aumentar nuestra confianza en Dios y prepararnos para enfrentar los desafíos de cada día.

Además, es fundamental tener un acompañamiento profesional. Nuestro cuerpo es un sistema muy complejo y necesita cuidados para funcionar perfectamente. Cuando los síntomas de problemas emocionales comienzan a aparecer es porque algo no está bien. Por lo tanto, hay que buscar ayuda. Las personas con pensamientos suicidas necesitan medicación, terapia, ejercicio físico y una buena alimentación. Este conjunto es importante para el ajuste físico, biológico, emocional y psicológico de quien no tiene ganas de vivir.

Si usted siente que ya está perdiendo las esperanzas, que ya llegó en su límite y que la vida no tiene más sentido, busque ayuda inmediatamente. Hablar es el primer paso. Nunca es tarde y siempre hay una solución.

¡Ah!, ¿no tienes a nadie que te pueda oír? No te preocupes, tenemos un equipo listo para atenderle. ¡Haga clic aquí! y envía “Quiero hablar de Esperanza”. ☺

Recuerda que el mundo no será un lugar mejor sin usted!